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Darrel Campbell, jugador clave de los Tigres. LA PRENSA/ ARCHIVO

Sacrificó la escuela y dejó su país por una firma: la historia del gigante Freddvil Chévez

La decisión más difícil que ha tomado fue irse de Nicaragua con 15 años a República Dominica por dos años. Chévez dejó la secundaria (cuarto año) por el sueño del beisbol

Mide casi dos metros y pesa 200 libras, creció admirando a su papá, sacrificó su futuro académico por el beisbol y vivió dos años en República Dominicana con 15 años. Freddvil Chévez es una de las esperanzas para el beisbol nicaragüense en las organizaciones de Grandes Ligas. El muchacho firmado en 2017 por Tampa Bay ha demostrado tener la fuerza natural que no se consigue en el gimnasio. Su caminar es lento, pero con su estatura nadie le pide que corra, sino que empuje lejos la pelota.

Chévez se prepara para partir esta semana a Estados Unidos. Estará en un Spring Training de peloteros de Ligas Menores para luego ser reubicado al nivel que le corresponda. Juega la primera base y en sus dos primeros años con Tampa en República Dominicana ligó ocho jonrones, en 2019 fue trasladado a la Liga del Golfo en Norteamérica  y, este año, tras un 2020 pausado y de pocas oportunidades en la Liga Profesional en Nicaragua piensa saltar a un escalón más exigente.

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“Empecé bajo este año en el Pomares con Masaya, pero luego mejoré”, dice el muchacho de 21 años que bateó .309, fue líder en empujadas de su equipo (24) y cuadrangulares (5). “El buen momento se dio por mi preparación, quería estar en forma para partir este sábado y lo logré. Trabajé tiempo extra y fui cinco días a la semana al gimnasio”, indicó Chévez, quien confiesa estar donde está gracias al apoyo y consejos de su papá, Freddy Chévez, un jugador de más de mil hits (1,033) y 96 jonrones en la pelota casera.

El talón de Aquiles de Chévez eran los picheos rompientes. “Me hacían mucho daño, ahora hago mejor contacto con ese tipo de lanzamientos. Mi papá está encima de mí y me dice lo que hago mal. Él me entrenó desde pequeño y si logré una firma fue gracias a su dedicación.  Creo que sufre más que yo cuando fallo”, relata.

La decisión más difícil que ha tomado fue irse de Nicaragua con 15 años a República Dominicana por dos años. Chévez dejó la secundaria (cuarto año) por el sueño del beisbol. Si no fuera beisbolista le gustaría ser abogado, sin embargo, Chévez logró conseguir la firma, pero está consciente de que es tan solo el comienzo. “Lo que me dieron fue más simbólico por firmar. Lo importante es estar dentro y espero llegar a Grandes ligas con 23 o 24 años”, vaticina.

Aunque admira a Albert Pujols y Mike Trout, a Chévez le causa nostalgia recordar cuando pequeño iba al estadio a ver a su papá. “Si me tengo que quedar con uno es con mi papá”. Las comparaciones siempre estarán y no le molestan, lo único que sí le molestaría sería fracasar en su intento.

Deportes Pomares 2021 archivo

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