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Pep Guardiola está ante su posible mejor año desde que llegó a Inglaterra. LAPRENSA/AFP

El triunfo de Guardiola y su filosofía contra el PSG

Ganó sin utilizar ningún delantero. El City fue capaz de disparar un arma sin balas, una bomba atómica sin plutonio, anotar un tiro de tres sin canasta. El Manchester venció 1-2 al PSG

Pep Guardiola volvió a demostrar por qué es el mejor entrenador del mundo, es el incomprensible hasta ver sus resultados. Ganó sin utilizar ningún delantero. El City fue capaz de disparar un arma sin balas, una bomba atómica sin plutonio, anotar un tiro de tres sin canasta. El Manchester City venció 1-2 al PSG. Y me explico tanta analogía. Guardiola fue fiel a su filosofía en la semifinal de la Champions. Inició con su mundo patas arriba con el gol de Marquinhos (15’), sin el dominio de la pelota, fallando en la presión y cediendo el control al PSG. Tenía en la banca a Gabriel Jesús, Sterling y Agüero, tres delanteros letales; sin embargo, no movió ni un pelo. Más bien reforzó su discurso y clavó en la mente de sus jugadores su idea de juego.

En la segunda parte sucedió el partido que todos esperábamos, a un PSG sin opciones, a Neymar desaparecido por no tener la pelota, a Mbappé sin oportunidad de esprintar, sencillamente fue el desplome de los franceses. El City encontró fluidez en su juego, se activó De Bruyne y como si fuera una reacción en cadena despertó a un equipo dormido. El belga se encargó de anotar el primero con un centro en rosca, el cual pasó coqueteando a todos hasta entrar a la portería de Navas. El tico se quedó a la espera de sus defensores como línea de rescate y dudó en la salida. Con el partido empatado la situación cambiaba por completo.  Luego llegó el gol de tiro libre de Mahrez. Un error imperdonable de Kimpembe y Leandro Paredes en la barrera permitió la tragedia. Con el salto dejaron un hueco entre caderas y permitió que la pelota pasara a portería. Nada que hacer para el arquero tico.

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Si hay algo para criticarle a Guardiola es la falta de apetito en el tramo final. Con la expulsión de Gueye al 77’ el PSG solo quería el pitazo final, era sobrevivir para llegar al partido de vuelta aún con posibilidades. Ahí le faltó colmillo al City. Hubo algunas aproximaciones, pero se encargaron más de circular la pelota y matar tiempo para evitar cualquier susto.

Ganó la filosofía de Guardiola, el carácter de sostener la idea hasta el final cuando parecía desplomarse por culpa de Neymar. Ahora en la vuelta se espera una continuidad del segundo tiempo…

Deportes Manchester City Neymar PSG archivo

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