El Monitoreo Azul y Blanco, que lleva un registro de las denuncias de represión policial y detenciones arbitrarias en todo el país, contabilizó 21 detenciones, la mayoría de feligreses que querían participar en actividades tradicionales de la Semana Santa.
Entre el 1 y el 9 de abril, el Monitoreo registró 71 incidentes relacionados con violaciones a derechos humanos, entre estos amenazas de la Policía y de simpatizantes de la dictadura de Daniel Ortega, detenciones arbitrarias, asedio a templos católicos, hostigamiento a las casas de opositores y una represión migratoria.
Lea además: Sacerdote panameño relata cómo fue expulsado por Ortega a Honduras por hablar de Álvarez en sus misas
El mayor número de incidentes se registró en el departamento de Masaya, donde fueron detenidas cinco personas y ocho iglesias católicas fueron asediadas por la Policía al momento que se estaban llevando a cabo misas y actos religiosos propios de la llamada Semana Mayor.
Uno de los incidentes más denunciados fue la persecución de la Policía orteguista a los Cirineos de Nindirí, municipio de Masaya, el propio Lunes Santo. La Procesión de los Cirineos es un homenaje al personaje bíblico Simón de Cirene o El Cirineo, que ayudó a Jesús a cargar la cruz, lo que históricamente fue un acto emblemático de solidaridad durante la llamada Pasión de Cristo que se conmemora en la Semana Santa. La Policía orteguista prohibió esta procesión en Nindirí y comenzó a perseguir a los jóvenes que se resistieron a abandonar el acto religioso.
Otros departamentos donde se denunció hostigamiento policial fueron: Carazo, Granada, Madriz, Matagalpa, Jinotega, León, Chontales, Rivas y Río San Juan.
En Nicaragua, la dictadura de Ortega y su esposa y cogobernante, Rosario Murillo, no permite ningún tipo de manifestación de protesta y las actividades públicas de la Iglesia católica están prohibidas en todo el país.
El régimen Ortega Murillo, a través de la Policía y sus simpatizantes, amenaza, persigue y encarcela a los opositores, incluso sacerdotes que se han pronunciado en contra de las arbitrariedades. Actualmente se mantiene preso y condenado a 26 años de cárcel el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, uno de los religiosos más críticos que resistió la represión del régimen dentro del país, hasta ser detenido en agosto de 2022.
En marzo pasado, Ortega suspendió las relaciones diplomáticas con el Vaticano, tras un comentario del papa Francisco por la detención de sacerdotes, lo que para los críticos significa que Ortega le tiene declarada la guerra a la Iglesia católica.