La tranquilidad que caracteriza el diario vivir de los habitantes del municipio de Esquipulas, en el departamento de Matagalpa, se vio alterada el miércoles 1 de junio al conocerse del crimen de Inés Valeria Luna Robles, de 74 años.
El hallazgo del cadáver de la anciana se produjo en horas de la mañana cuando a la casa de Luna se presentaron miembros de una iglesia evangélica a la cual ella asistía.
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Los hermanos en la fe de Inés Luna al ver que ella no respondía a los llamados que le hacían desde la calle pidieron a uno de los vecinos que ingresara a la vivienda.
Manchas de sangre
La persona que entró en la casa encontró manchas de sangre en el primer cuarto y en la segunda habitación estaba el cuerpo sin vida de la septuagenaria totalmente ensangrentado, aseguró una fuente vinculada a las investigaciones.
De acuerdo a las manchas de sangre encontradas en la vivienda que está en el centro del casco urbano de Esquipulas, Inés Luna fue asesinada en una parte de la casa y luego arrastrada en el sitio donde fue encontrada sin vida.
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El médico forense que revisó el cadáver en la escena del crimen, encontró varias de heridas de arma blanca y golpes dados con un objeto contuso (probablemente un garrote). Una herida en el cuello de la víctima es tan profunda que todo hace indicar que fue degollada, señaló el informante, quien habló la condición del anonimato.
Crimen nocturno
Al momento del hallazgo del cadáver, la víctima tenía de ocho a diez horas de fallecida, indicando que el crimen sucedió la noche del martes, según el médico forense. Inés Luna vivía sola en su casa.
La víctima murió desangrada, según el dictamen médico legal preliminar.
Hasta la tarde del jueves no había capturados por el crimen, pero entre los habitantes de Esquipulas se rumora que los autores del asesinato de la anciana podría ser un grupo de jóvenes señalados de robar en otras casas en días anteriores.
“La noche 29 de mayo una pandilla de jóvenes se metió a robar a una casa y la dejaron barrida”, reveló un vecino de la anciana asesinada. Los familiares de Inés Luna viven a una cuadra de la casa de la víctima.