Nicaragua sueña con volver al torneo de beisbol de los Juegos Olímpicos y para ello deberá pasar encima de auténticas fieras en el Preolímpico de Arizona, del 22 al 26 de marzo, en el cual debutamos ante los Estados Unidos, que seguramente armarán un trabuco.
En Arizona se reunirán ocho países de América en busca de un boleto directo a Tokio 2020, mientras que los equipos del segundo y el tercer lugar tendrán derecho de ir a un último torneo clasificatorio.
Los equipos fueron divididos en dos grupos. Nicaragua está en el A junto a Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana, En el sector B aparecen Canadá, Cuba, Colombia y Venezuela.
BREAKING: Teams and groups of the WBSC Americas Baseball Olympic Qualifier!! 🇺🇲🇵🇷🇨🇴🇨🇺🇩🇴🇻🇪🇳🇮🇨🇦 pic.twitter.com/ovfKKpmeKy
— WBSC ⚾🥎 (@WBSC) November 20, 2019
Nicaragua debuta el 22 ante Estados Unidos, que cuando se trata de Juegos Olímpico lo toman en serio y van con todo, y son indiscutiblemente los favoritos para ganar este torneo. Sin embargo, la historia demuestra que los nicas han sido capaces de asustarlos más de una vez, incluso a tropa repletas de jugadores de Triple A combinada con veteranos de las Grandes Ligas.
Puerto Rico será el segundo rival de Nicaragua el día 23 y se cierra la primera ronda ante República Dominicana el 24.
Los boricuas han mantenido un equipo unido bajo el mano de Juan “Igor” González, pero es un conjunto al que se le puede ganar. Falta por ver de qué forma se reforzarán con profesionales activos. En tanto, los dominicanos son impredecibles, tienen tantos peloteros que uno se pregunta cómo no consiguen dominar estos torneos.
Dos equipos de cada grupo pasarán a la súper ronda. De modo que se debe ganar dos partidos (léase Puerto Rico y Domincana) para clasificar.
En la súper ronda se enfrenta a los dos mejores del otro grupo los días 25 y 26, y el conjunto más ganador es el campeón del torneo, con el premio de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Nicaragua no llegará como favorito a este torneo, pero tampoco estamos tan lejos como para no tener la esperanza de una sorpresa.