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Seamos rebeldes con causa

En 1990, recuerdo que sucedió una de las polémicas más grandes en que me vi envuelto durante mi carrera

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Desde que tengo memoria, he sido un rebelde con causa. Edgar Tijerino no pudo haber hecho una mejor descripción sobre mi manera de ser que en ese capítulo del libro “¡Bravo, Denis!”. Siempre me ha gustado dar la cara con la verdad por delante, ser la voz de los que no pueden hablar y no callar cuando veo injusticias.

En 1990, recuerdo que sucedió una de las polémicas más grandes en que me vi envuelto durante mi carrera. Dije que había existido racismo en la decisión de mandar a las Menores al receptor cubano Nelson Santovenia, mientras dejaban a Mike Fitzgerald. Es verdad que estaba en un slump, pero creí que le darían chance de seguir hasta su recuperación; además que me perjudicaba directamente porque cuando lanzaba me gustaba como trabajaba en la receptoría. ¿Cuántas veces los peloteros estadounidenses habían caído en bajas repentinas y los sostenían arriba? Lo hice público y el gerente general de los Expos, Dave Dombrowski, se molestó fuertemente conmigo.

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También el mánager Buck Rodgers estaba furioso. Eso me ocasionó problemas con la dirección del equipo, sin embargo, me sostuve en mi posición y abogué por conseguir un mejor trato para todos los peloteros. Posteriormente, me disculpé con el gerente por la manera en que se dieron las cosas, no porque haya cambiado de opinión. He sido un rebelde sano. Todavía hace algunos años cuando me encontré a Santovenia en Miami, me agradeció y dijo: “Nunca olvido lo que hiciste por mí”.

He visto en Nicaragua como excluyen a los jóvenes, como las fuerzas opositoras se devoran entre sí, como colocan los intereses personales y las ambiciones por encima del bienestar de una nación, mientras el pueblo sigue esperando una respuesta. Yo insto a los jóvenes a ser rebeldes con causa, a no callar ante las arbitrariedades. Si queremos cambiar verdaderamente la situación del país, no se conseguirá calentando banquillos ni recibiendo órdenes. Es lamentable como figuras políticas se aprovechan de la muerte y el dolor de los que más sufren por tratar de ser actores principales.

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Tampoco entiendo como los políticos se están adueñando de los espacios de oposición. Ellos nunca trabajaron por el pueblo, se enriquecieron, forjaron el pacto y se convirtieron en cómplices. Al final del día veo que quieren seguir manipulando y se expresan con la tonta excusa de que los jóvenes y los nuevos personajes salidos de las protestas de abril no tienen experiencia. Nunca había visto a tantos muchachos y personas tan talentosas. Las nuevas generaciones están mejor preparadas y tienen la pureza de ser creíbles. Si se van a equivocar que lo hagan tratando de rescatar al país, no siendo traidores como otros. Así que seamos rebeldes, expongamos las arbitrariedades y salgamos con la verdad de frente, que los países no se construyen con borregos. Sé que esta generación que quiere recuperar al país, más adelante se topará con un Santovenia, que les agradecerá lo que hicieron por ellos.

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